Cómo segmentar tu lista de email marketing y mejorar la conversión
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¿Te suena eso de enviar mil emails y sentir que se evaporan en la inmensidad del ciberespacio? ¡Tranquilo, no eres el único! En este loco mundo del email marketing, si no quieres que tus correos acaben en la carpeta de spam o peor aún, en el olvido, tienes que ponerte las pilas para segmentar tu lista de email marketing. Aquí entre nosotros, la personalización es el truco del almendro para que tu público sienta que le hablas al oído. Así que, si estás listo para dejar de ser uno más del montón y empezar a ver esos números de conversión subir como la espuma, quédate por aquí. Te prometo que valdrá la pena.
¿Qué narices es segmentar tu lista de email marketing?
Imagina que montas una fiesta y decides poner la misma música para tus colegas rockeros, los que se vienen arriba con el reguetón y los que solo se mueven con salsa. ¡Vaya jaleo, verdad! Pues con el email marketing pasa tres cuartos de lo mismo. La segmentación es como ser el DJ que sabe qué temazo va con cada grupo de amigos. Es agrupar a tu audiencia según sus gustos, lo que buscan o cómo se relacionan contigo.
¿Y por qué es necesario segmentar tu lista de email marketing?
- No eres un robot: A nadie le mola recibir correos que parecen sacados de una máquina. Segmentando, le das un toque personal a tus emails, como si estuvieras de cháchara con cada suscriptor en el bar de abajo.
- Aciertas más: Si le das a tu público lo que quiere, es más probable que abran tus correos y piquen donde tú quieres. ¡Ch-ching! Eso suena a conversión.
- Menos es más: Al enviar correos a medida, reduces las posibilidades de que te envíen al spam o que se den de baja. Y eso, colega, es un puntazo.
Errores comunes al no segmentar tu lista de email marketing
Todos cometemos errores, es parte del juego. Pero en el mundo del email marketing, algunos fallos pueden costarte caro. Si no segmentas, es como si intentaras pescar en el mar con una red de mariposas. Puede que captures algo, pero seguro que no es lo que buscabas. Aquí te dejo algunos de los errores más comunes que se cometen al no segmentar:
- Mensajes genéricos: Enviar el mismo mensaje a toda tu lista es como regalarle a todos tus amigos el mismo perfume en su cumpleaños. Puede que a algunos les encante, pero otros pensarán: «¿Realmente me conoce?». Al no segmentar, pierdes la oportunidad de personalizar y conectar de verdad. Ejemplo: Imagina que tienes una tienda de deportes y envías una oferta de zapatillas de running a toda tu lista, incluidos aquellos que solo practican yoga. Probablemente, muchos pensarán que no les conoces y que solo quieres vender.
- Bajas y spam: Si tus correos no son relevantes, es probable que muchos suscriptores se den de baja o, peor aún, te marquen como spam. Y eso, amigo mío, es un mazazo para tu reputación como remitente.
- Bajo engagement: Si no ofreces contenido de interés, tus tasas de apertura y clics se desplomarán. Es como si pusieras tu canción favorita en una fiesta y nadie bailara. Duele, ¿verdad?
- Perder oportunidades de venta: Al no segmentar, puedes estar perdiendo oportunidades de oro para vender más. Si no conoces a tu audiencia y no les envías ofertas que les interesen, es probable que no compren. Ejemplo: Si sabes que un grupo de tus suscriptores ha comprado material de acampada recientemente, sería inteligente enviarles ofertas de sacos de dormir o tiendas de campaña, en lugar de palos de golf.
- No entender a tu audiencia: Si no segmentas, es difícil saber qué quiere o necesita tu audiencia. Es como intentar acertar en la diana con los ojos vendados.
- Desperdiciar recursos: Enviar correos a diestro y siniestro, sin tener en cuenta las necesidades y deseos de tus suscriptores, es una pérdida de tiempo y recursos. Es como regar un jardín sin plantas.
Conclusión:
Segmentar tu lista de email marketing no es un capricho, es una necesidad. Si quieres que tus campañas de email marketing sean efectivas, tienes que conocer a tu audiencia y ofrecerles lo que realmente quieren. Así que, antes de enviar tu próximo correo, piensa: ¿Estoy enviando el mensaje adecuado al público adecuado? Si la respuesta es no, ya sabes lo que tienes que hacer.
Las bases de la segmentar tu lista de email marketing
La segmentación es como el arte de hacer un buen gazpacho: hay que saber qué ingredientes usar y en qué cantidad. En el email marketing, esos ingredientes son las bases de la segmentación. No se trata solo de dividir tu lista a lo loco, sino de hacerlo con cabeza y estrategia. Vamos a ver cuáles son esas bases que te ayudarán a preparar el gazpacho perfecto:
- Segmentación demográfica: Aquí nos centramos en características como la edad, el género, la educación o el estado civil. Es como si tuvieras una tienda de ropa y supieras que a los chavales de 20 les mola el estilo urbano y a los de 50, algo más clásico. Ejemplo: Imagina que vendes cosméticos. No enviarías la misma oferta de cremas antiarrugas a un público de 20 años que a uno de 50, ¿verdad?
- Segmentación geográfica: Se trata de segmentar según la ubicación. No es lo mismo vender abrigos en Madrid que en Málaga. Ejemplo: Si tienes una tienda online de ropa, en invierno podrías enviar ofertas de abrigos a tus suscriptores del norte y bañadores a los del sur.
- Segmentación psicográfica: Aquí entramos en terreno más profundo: valores, actitudes, intereses. Es como si supieras que a un grupo de tus suscriptores les encanta el yoga y a otros, el heavy metal. Ejemplo: Si vendes cursos online, podrías enviar ofertas de meditación a los amantes del yoga y de guitarra eléctrica a los rockeros.
- Segmentación por comportamiento: Se basa en cómo interactúan tus suscriptores contigo. ¿Abren tus correos? ¿Hacen clic? ¿Compran? Es como si supieras qué amigos te van a hacer caso cuando les propones un plan y cuáles te van a dejar tirado. Ejemplo: Si ves que un grupo de suscriptores siempre abre tus correos pero nunca compra, podrías enviarles un descuento especial para incentivar la compra.
Modelos de segmentar tu lista de email marketing hay cientos, si no miles.
Piensa en el email marketing como una partida del juego «¿Quién es quién?». Tienes un tablero lleno de fichas y tu objetivo es adivinar la elegida por tu oponente haciendo preguntas.
En el mundo de la segmentación, esas caras son tus suscriptores y las preguntas son las diferentes formas de segmentar.
Claro, hay cientos de preguntas que podrías hacer: ¿Tiene gafas? ¿Tiene el pelo rizado? ¿Lleva sombrero? Pero si empiezas con las preguntas más generales y efectivas, como «¿Es hombre o mujer?», te acercarás más rápido a la respuesta.
Las bases de segmentación que te he mostrado son esas preguntas clave que te ayudarán a identificar a tu «ficha» ideal y conectar con ella. Y una vez que domines este juego básico, podrás explorar otros métodos de segmentación más específicos y afinar aún más tu estrategia.
Así que, ¡adelante, empieza tu partida y descubre a tu ficha ganadora en el email marketing!
Análisis RFM: ¡El Truco mágico del Retail!
Vale, imagina por un momento que tienes una tienda y quieres saber quiénes son tus clientes estrella, esos que siempre están ahí, comprando y haciéndote ganar dinero. Pues bien, en el mundo del retail hay un truquito que se llama análisis RFM, y es como tener gafas mágicas para ver a tus clientes con superpoderes. ¡Vamos a descubrirlo!
RFM son las siglas de Recencia, Frecuencia y Money (o pasta, como solemos decir). Estos tres amiguitos nos cuentan historias súper interesantes sobre cómo se comportan nuestros clientes:
- Recencia: ¿Te acuerdas de la última vez que tu amigo te llamó? Pues esto es igual. Nos dice cuánto tiempo ha pasado desde que un cliente hizo su última compra. Si fue ayer, ¡genial! Si fue hace un año… bueno, quizás deberíamos llamarle para tomar un café (o enviarle una oferta tentadora).
- Frecuencia: Es como contar cuántas veces tu amigo te visita. Si viene a cenar a tu casa todas las semanas, es un amigo frecuente. Si solo aparece en tu cumpleaños, pues… ya sabes. Aquí vemos cuántas veces un cliente ha comprado en un período determinado.
- Money: Aquí hablamos de la pasta, el moolah, el oro. ¿Cuánto se ha gastado ese cliente en total? Si siempre te trae una botella de vino cuando viene a cenar, es un amigo que invierte en la amistad.
Lo bueno del análisis RFM es que nos ayuda a ver quiénes son esos clientes que realmente valen oro. Es como un juego de «Quién es quién», pero en lugar de adivinar si tu personaje lleva gafas o tiene bigote, estás tratando de descubrir qué clientes te están haciendo ganar más dinero y cuáles podrían necesitar un empujoncito.
Y aquí viene lo mejor: este análisis se basa en algo llamado principio de Pareto. ¿Has oído eso de que el 20% de tus acciones producen el 80% de tus resultados? Pues eso. Con RFM, puedes identificar a ese 20% de clientes que realmente están impulsando tu negocio.
Poniendo números al juego: Cómo funciona el Análisis RFM
Vale, ahora que ya sabes qué es el análisis RFM y por qué es tan chulo, vamos a ponernos serios y a hablar de números. Porque, al final del día, todo esto se trata de darle valor numérico a la relación con tus clientes. Y no te preocupes, no hace falta ser un genio de las matemáticas para entenderlo. ¡Vamos allá!
El análisis RFM se basa en asignar valores del 1 al 5 a cada una de las tres variables: Recencia, Frecuencia y Money. Es como puntuar a tus amigos en función de cuánto te llaman, cuánto te visitan y cuánto te invitan a cenar (¡sin ofender a nadie, claro!).
Recencia: Si un cliente ha comprado hace poco, le damos un 5. Si ha pasado mucho tiempo desde su última compra, le damos un 1. Es como si tu amigo te hubiera llamado ayer (¡5 puntos!) o si no has sabido de él desde las últimas Navidades (solo 1 punto, amigo).
Frecuencia: Si un cliente compra a menudo, se lleva un 5. Si rara vez compra, se lleva un 1. Imagina que tienes un amigo que te visita cada semana (¡5 puntos para él!) y otro que solo aparece una vez al año (pues… 1 punto).
Money: Aquí es donde entra la pasta. Si un cliente se gasta un montón en tus productos, ¡pam! 5 puntos. Si suele comprar solo las ofertas o cosas baratitas, pues se lleva un 1.
Ejemplo práctico: Imagina que tienes una tienda de zapatos. Marta compró unas botas hace una semana, ha comprado cinco pares de zapatos en el último año y ha gastado un total de 500 euros. Según el análisis RFM, Marta tendría:
- Recencia: 5 (porque compró hace una semana)
- Frecuencia: 4 (porque cinco pares en un año está bastante bien, pero no es el máximo)
- Money: 5 (porque 500 euros es una buena pasta)
Así que, en el sistema RFM, Marta sería una 5-4-5. ¡Es una clienta estrella!
Ahora, sé lo que estás pensando: «¿Tengo que estar puntuando a cada cliente manualmente? ¡Eso suena a mucho trabajo!» Pero tranquilo, no te estreses. La magia de la tecnología viene al rescate. Herramientas de automatización, como ActiveCampaign, te permiten asignar estas puntuaciones de manera automática. Sí, sí, como lo oyes, el sistema lo hace todo por ti.
Imagina que tienes un cliente con una puntuación perfecta de 5-5-5. ¡Eso es un cliente VIP! Podrías enviarle ofertas exclusivas o invitaciones a eventos especiales. Es como tener a tu mejor amigo al que siempre invitas a las fiestas más top.
Pero, ¿y si tienes un cliente con una puntuación de 5-1-2? Eso indica que ha comprado recientemente, pero no muy a menudo y no gasta mucho. Ahí tienes una oportunidad de oro. Podrías enviarle emails para reactivar su interés, ofrecerle descuentos o sugerirle productos que aumenten su ticket medio.
Y aquí va otro ejemplo: un cliente con puntuación 3-3-1. Este cliente compra de vez en cuando, con una frecuencia media, pero gasta poco. Podrías pensar en estrategias para ofrecerle packs o combos que le resulten atractivos y, de paso, aumentar ese gasto medio.
Lo realmente chulo de todo esto es que puedes crear estrategias específicas para cada segmento. No todos los clientes son iguales, y con el análisis RFM, tienes la herramienta perfecta para tratar a cada uno como se merece. ¡Es como tener un asistente personalizado para tu email marketing!
Lead Scoring: El arte de puntuar a tus potenciales clientes
¿Has oído hablar del «lead scoring»? Si no lo has hecho, tranquilo, porque estás a punto de descubrir otra joyita del mundo del marketing. Mientras que el análisis RFM nos ayuda a entender a nuestros clientes actuales, el lead scoring se centra en esos potenciales clientes que aún no han comprado, pero que muestran interés. Y lo mejor de todo es que muchos CRMs ya lo tienen implementado, así que no tienes que empezar desde cero.
¿En qué consiste el Lead Scoring?
El lead scoring, o puntuación de leads, es una técnica que asigna valores o puntos a cada uno de tus leads (potenciales clientes) en función de su comportamiento y de la información que proporcionan. Es como un termómetro que mide cuán «calientes» o «fríos» están esos leads. Cuanto más alta sea la puntuación, más cerca estará ese lead de convertirse en cliente.
Ejemplos prácticos:
Interacción con emails: Imagina que envías un boletín semanal y tienes un lead que siempre lo abre y hace clic en los enlaces. Eso es un buen signo, ¿verdad? Pues a ese lead le podrías asignar más puntos que a otro que nunca abre tus correos.
Visitas al sitio web: Si un lead visita frecuentemente tu sitio web, especialmente si se dirige a páginas de productos o precios, eso indica interés. ¡Más puntos para él!
Información proporcionada: Un lead que completa un formulario extenso en tu sitio web, proporcionando detalles como su número de teléfono o empresa, está mostrando un compromiso mayor. Eso merece una buena puntuación.
Interacción en redes sociales: Si un lead sigue tus redes sociales, comenta tus publicaciones o comparte tu contenido, está interactuando activamente con tu marca. Eso también suma puntos.
El lead scoring es una herramienta fantástica para priorizar tus esfuerzos de marketing y ventas. Te permite identificar qué leads tienen más probabilidades de convertirse en clientes y cuáles necesitan un poco más de cariño y atención. Y lo mejor de todo es que, con la automatización y los CRMs actuales, todo este proceso puede ser sencillo y eficiente.
El proceso de asignar puntos en el lead scoring no es algo que se haga al azar o basándose en corazonadas. Es una ciencia en sí misma, y gracias a las herramientas modernas, es más fácil de lo que parece. Veámoslo paso a paso:
- Configuración de reglas: En la mayoría de las herramientas de CRM y automatización de marketing, puedes configurar una serie de reglas que determinan cómo se asignan los puntos. Por ejemplo, si un lead visita una página específica de tu sitio web, como la de precios, podrías asignarle 10 puntos. Si abre un email promocional, podrías darle 5 puntos. Y si completa un formulario de contacto, ¡pam! otros 20 puntos. Tú decides las reglas y las puntuaciones según lo que consideres más relevante para tu negocio.
- Establecimiento de umbrales: Una vez que tienes tus reglas en marcha, puedes establecer umbrales de puntuación que te ayuden a identificar cuándo un lead está listo para dar el siguiente paso. Por ejemplo, si has observado que los leads que acumulan 100 puntos en tu sistema suelen estar muy cerca de realizar una compra, puedes configurar una alerta para que, cuando un lead alcance esa puntuación, te salte una notificación.
- Acciones automáticas: Y aquí es donde la magia de la automatización realmente brilla. Imagina que un lead alcanza esos 100 puntos mágicos. No solo puedes recibir una alerta, sino que también puedes configurar tu herramienta para que automáticamente envíe un email especial a ese lead, ofreciéndole una oferta exclusiva o invitándolo a una demostración. O incluso, si prefieres el toque personal, puedes recibir una notificación para llamarlo directamente y hablar sobre cómo tu producto o servicio puede satisfacer sus necesidades.
En definitiva, el sistema de lead scoring no solo te ayuda a entender mejor a tus leads, sino que también te permite actuar en el momento justo, con la oferta adecuada. Es como tener un radar que te indica cuándo es el momento perfecto para lanzar tu anzuelo y pescar ese gran cliente.
¿Cómo obtener los datos para segmentar una lista de Email marketing de manera efectiva?
¡Vale, vale! Ya sabes la importancia de segmentar y tienes algunas ideas de cómo hacerlo. Pero, ¿de dónde sacas toda esa información? ¡No te preocupes! Aquí te dejo algunas formas de recopilar esos preciados datos:
1. Encuestas: Una de las formas más directas de conocer a tu audiencia. Puedes enviar cuestionarios por email o insertarlos en tu web. Así sabrás directamente de la boca (o teclado) de tus clientes lo que piensan o necesitan.
2. Información de pedidos: Cuando un cliente realiza una compra, nos da mucha información sin darse cuenta. ¿Qué productos prefiere? ¿Cuánto gasta de media? ¿Con qué frecuencia compra? Todo eso es oro puro.
3. Navegación web: Gracias a los píxeles y herramientas como ActiveCampaign, puedes saber qué secciones de tu web visitan más, cuánto tiempo pasan en ellas o qué productos añaden al carrito pero no compran. ¡Stalkear un poco (de forma legal) puede ser muy útil!
4. Interacción con correos: No solo es importante enviar emails, sino ver cómo interactúan con ellos. ¿Abren tus correos? ¿Hacen clic en los enlaces? ¿Se dan de baja? Todas estas acciones te dan pistas sobre sus intereses y comportamiento.
5. Herramientas de análisis: Además de ActiveCampaign, hay muchas otras herramientas que te ayudan a recopilar y analizar datos. Google Analytics, Hotjar o incluso las estadísticas de tus redes sociales pueden ofrecerte insights valiosos.
En resumen, la información está ahí, solo tienes que saber dónde buscarla y cómo interpretarla. Y recuerda, siempre respeta las leyes de protección de datos y la privacidad de tus usuarios. ¡No queremos meternos en líos!
Conclusión: La magia de segmentar y puntuar
Después de este viaje por el mundo de la segmentación y el lead scoring, hay algo claro: conocer a tus clientes y potenciales clientes es esencial. No se trata solo de tener una lista enorme de correos electrónicos, sino de saber qué hacer con ella. La segmentación te permite enviar el mensaje adecuado a la persona adecuada en el momento adecuado. Y el lead scoring, bueno, es como tener superpoderes para detectar quién está listo para dar el salto y convertirse en cliente.
Pero, ¿sabes qué es lo más guay de todo? Que con las herramientas y técnicas adecuadas, todo este proceso puede ser sencillo y, sobre todo, efectivo. No necesitas ser un gurú del marketing ni tener un máster en análisis de datos. Solo necesitas ganas de entender a tu audiencia y ofrecerle lo que realmente necesita.
Así que, si aún no estás segmentando tu lista de email marketing o utilizando el lead scoring, ¿a qué esperas? Es hora de darle un giro a tu estrategia y empezar a ver resultados reales.
Y recuerda, cada cliente es un mundo, pero con la segmentación y puntuación adecuadas, puedes descubrir todos sus secretos.
El camino hacia el éxito está lleno de datos, puntos y, sobre todo, de clientes satisfechos. 🚀🌌🎉